El reciente cierre de listas dejó al desnudo nuevas alianzas e internas de poder. Mientras partidos ajustaban sus frentes y definían candidatos, el clima legislativo reaccionó con medidas rápidas: la oposición presionó con proyectos propios —algunos impulsados por urgencia electoral— y el oficialismo debió reorganizar sus estrategias de voto para mantener control en el recinto.
2. Legisladores en carrera, votaciones bajo tensión
Muchos diputados postularon para el Senado (aunque aún tienen mandatos vigentes), lo que generó roces de interés político directo en cada voto. Esa presión se tradujo en tensiones adicionales durante la discusión de leyes clave, con posiciones más tibias o abruptos desistimientos según cómo quedaban conformadas las listas definitivas.
3. Fortaleza opositora y acuerdos tácticos
Con otras fuerzas reconfiguradas, la oposición aprovechó para proyectar coordinación sobre temas prioritarios. Proyectos largamente bloqueados volvieron a salir al escenario gracias a mayorías cambiantes o incertidumbre sobre los votos del oficialismo. Se apostaron a alianzas tácticas que podrían marcar diferencia en julio, cuando renueven un tercio del Congreso.
En resumen:
El cierre de listas reacomodó bloques y tensiones de poder dentro del Congreso.
Legisladores en carrera generaron votos condicionados por ambiciones personales.
La oposición capitalizó, incluso en días de menor activismo, para ganar terreno legislativo.