Desde su puesta en marcha el 5 de mayo, la línea de Saeta que conecta Cerrillos con la Universidad Católica y la Ciudad Judicial pasó de ser desconocida a esencial. Hoy por hoy, a las 6:50 AM, paradas como la del Valle de Lerma están colapsadas: estudiantes y trabajadores deben abrirse paso entre multitudes para subirse al bus.
Problemas que ya se sienten en las primeras horas
Durante la franja más crítica (7:00–7:20 AM), las unidades se llenan al tope y muchas personas, como Rocío y Lucía de la Ucasal, quedan sin poder subirse. Algunas, incluso, deben caminar hasta la estación de trenes o la parada del Club de los Bioquímicos para lograr abordar el colectivo.
Barrios aún no contemplados y sin alternativas
La línea es clave para comunicar Cerrillos con los distritos de El Refugio, Eco Distrito, El Rejunte, entre otros. Vecinos como Javier denuncian que viven “a que algún colectivo los levante”, pues SAETA no llega a esas zonas y, ante la saturación del servicio, quedan varados sin otra opción de transporte.
En resumen
El servicio en Orán es exitoso, pero ya desbordado en horas pico.
Usuarios deben trasladarse a paradas más lejanas para poder subir.
Zonas con habitantes y estudiantes aún no cuentan con cobertura, por lo que la demanda continúa creciendo.