¿Va a invadir Estados Unidos a Venezuela? Claves de una tensión creciente

La caída del régimen de Maduro ya no se plantea como una posibilidad remota, sino como una cuestión de “cuándo y cómo”. La administración Trump ha ido escalando la presión: calificó al gobierno venezolano como “narcoestado”, duplicó a USD 50 millones la recompensa por su captura y desplegó fuerza naval cerca de las costas venezolanas junto a 4.000 marines.

La estrategia sigue una lógica: maximizar la presión, fomentar una transición sin intervención prolongada, evitando un conflicto directo y sostenido.

Aunque las tensiones son reales, una invasión como “solución definitiva” no está en la mesa oficialmente. La llamada “Doctrina Trump” plantea que todas las opciones pueden considerarse, pero solo con bases legales. Además, en el pasado las propuestas militares fueron frenadas por destacados asesores, que impulsaron en cambio sanciones y esfuerzos diplomáticos.

Más allá del escenario inmediato, lo que suceda marcará el destino del chavismo y el impulso de las democracias en América Latina. La presión de EE.UU.—entre acciones legales, sanciones, despliegue militar y leyes como la “Bolívar”—busca acelerar el cambio. Pero también abre la posibilidad de un desenlace turbulento, con consecuencias imprevisibles para toda la región.