🎸 El Alma de Cafayate No Se Vende: La Comisión Organizadora Niega Rotundamente la Privatización del Festival de la Serenata

CAFAYATE, SALTA, 8 de Diciembre de 2025 – La Serenata a Cafayate, uno de los festivales folklóricos más importantes y tradicionales del calendario nacional, se vio sacudido en las últimas semanas por una ola de rumores que apuntaban a la privatización total de su organización. La versión, que ganó fuerza tras las "numerosas irregularidades" financieras y operativas denunciadas en las ediciones recientes, obligó a la Comisión Organizadora a salir al cruce con un comunicado oficial contundente.

En el texto difundido a la prensa y a la comunidad, la Comisión aseguró categóricamente que “no existe ningún proceso de privatización del evento” y que la organización del festival, cuya estructura es tradicionalmente mixta, continuará bajo la órbita de gestión actual.

La desmentida busca llevar tranquilidad a la comunidad cafayateña, a los artistas y al público fiel, que ve en la Serenata no solo un espectáculo, sino una manifestación de la identidad cultural de Salta. Sin embargo, el origen del rumor y las "irregularidades" que lo motivaron exponen la fragilidad financiera y la complejidad logística de sostener un evento de esta magnitud bajo el actual modelo de gestión.

Para entender por qué el rumor de la privatización se propagó con tanta velocidad, es necesario remitirse a los problemas que han empañado las ediciones más recientes de la Serenata.

La principal irregularidad denunciada siempre ha sido el desequilibrio económico. A pesar de contar con un gran caudal de público, sponsors y el apoyo de las arcas públicas (tanto provincial como municipal), las ediciones recientes han dejado a menudo déficits operativos o, en el mejor de los casos, balances muy ajustados.

 • Costos Artísticos Inflacionarios: La contratación de artistas de primer nivel nacional (llamados "artistas taquilleros") se realiza en un contexto de inflación descontrolada, lo que eleva significativamente los costos fijos del festival, dificultando que los ingresos por entradas los cubran.

 • Transparencia en la Gestión: Hubo cuestionamientos públicos sobre la transparencia en la rendición de cuentas, la adjudicación de stands y los contratos de sonido e infraestructura, lo que generó un caldo de cultivo para la desconfianza.

Sostener la gestión logística, financiera y artística del festival, que dura varias noches y recibe a decenas de miles de personas, es una carga enorme para el Municipio de Cafayate, una localidad de tamaño medio. El rumor de privatización surgió como una posible vía de escape ante el agotamiento de los recursos humanos y económicos municipales.

La privatización implicaría que una empresa privada asumiera el riesgo financiero total a cambio de la potestad de gestionar la taquilla, la publicidad y la grilla artística.

El comunicado de la Comisión Organizadora reafirma que la gestión del festival se mantiene en su estructura tradicional mixta, la cual busca equilibrar el interés público con la eficiencia privada.

 1 Municipio de Cafayate (El Eje Central): El intendente y el Concejo Deliberante de Cafayate mantienen la potestad final sobre el festival. El Municipio aporta la infraestructura, la logística de seguridad y limpieza, y a menudo, la garantía financiera.

 2 Comisión Organizadora (El Brazo Ejecutor): Conformada por funcionarios, representantes de cámaras de comercio locales y figuras culturales, es el ente encargado de la ejecución diaria (contratación de artistas, venta de stands, prensa).

 3 Aportes Privados y Sponsors: El sector privado, a través de sponsors y la contratación de servicios especializados (producción técnica), inyecta los recursos necesarios para complementar el presupuesto.

El riesgo de una privatización total, según los defensores de la tradición, radica en que el criterio artístico y la identidad local podrían ser desplazados por la mera lógica de la rentabilidad comercial, priorizando artistas de otros géneros o shows menos arraigados en la cultura salteña.

La Serenata a Cafayate no es solo un festival de verano, sino un ritual que se celebra en el icónico "Camerín de los Duendes" (el escenario del predio) y que tiene como pilar la promoción de los artistas salteños y la preservación del canto con caja y la vidala.

 • El Camerín de los Duendes: El escenario es un símbolo. La idea de una privatización atemorizó a los tradicionalistas, quienes temen que una empresa pueda cambiar la mística del lugar o alterar el formato de las noches.

 • El Apoyo a Artistas Locales: Una gestión pública garantiza, en teoría, la inclusión de artistas nuevos y emergentes de la región, dándoles la oportunidad de compartir cartel con las grandes figuras, un espacio que una gestión puramente privada podría restringir por costos o prioridad comercial.

La Comisión Organizadora, al desmentir el rumor, reafirma su compromiso de mantener el espíritu tradicional de la Serenata, asegurando que la grilla de la próxima edición mantendrá el equilibrio entre la tradición y los grandes nombres.

La desmentida de la privatización obliga a la Comisión Organizadora y al Municipio a enfrentar el problema que originó el rumor: las irregularidades y la falta de transparencia.

 1 Sanear el Balance: Presentar un balance financiero claro, auditado y público que demuestre que el festival es autosustentable sin sacrificar la calidad artística ni las raíces folklóricas.

 2 Mejorar la Logística: Resolver los problemas operativos de las últimas ediciones, incluyendo la seguridad, el control de acceso y la gestión de los stands y food trucks.

 3 Reforzar la Comunicación: La rápida propagación del rumor demostró la existencia de un déficit de comunicación y confianza. La Comisión deberá mejorar sus canales de información para evitar la proliferación de versiones infundadas.

El comunicado oficial ha cerrado, por ahora, el debate sobre la privatización, pero ha abierto la puerta a una fiscalización pública más intensa sobre el modelo de gestión actual. La Serenata a Cafayate continuará siendo un festival mixto, con la esperanza de que la próxima edición sea tan transparente y exitosa como la tradición lo exige.